La señora Anita

La señora Anita
con sus ojos claros,
con su eterna bata,
con su pelo blanco.

Siempre tan menuda,
cojita y despacio,
por la Plazolilla
anda paseando.

La señora Anita
borda a cada rato
el fútil ajuar
que nunca han usado.
Y zurce las medias
y cosen sus manos
y teje a ganchillo
y reza el rosario.

La señora Anita
arma sin descanso,
con papel pinocho,
las flores de un ramo
para que las luzcan
preciosos los arcos
que adornan las fiestas
del pueblo en Bernardos.

Sentada al brasero,
la cara en los brazos,
dormita en la siesta
sobre su regazo.
Se quedó dormida,
quizá del cansancio
que lleva de pie
desde muy temprano.

Y es que doña Anita
tiene a su cuidado
a tres huerfanitos
que son tres hermanos
que la quieren mucho
y la añoran tanto.

Mi abuela, mi Anita,
su beso, su abrazo,
su dulce sonrisa,
su verso, su canto…
Está en mi memoria
ya pasen los años.

Deja un comentario