Vuelta y vuelta en mi cabeza
evocando su recuerdo,
y es la eterna pesadilla
que olvidarla yo no puedo.
Cada día es noche eterna,
que intoxica cuanto sueño,
y me daña cada intento
de expulsar del pensamiento.
Y más daña su memoria,
que esté clavada tan dentro,
como el hierro incandescente
que se me ha grabado a fuego.
Es mi error, es mi ceguera,
agarrarme al clavo ardiendo
de sus trucos y sus tretas,
del señuelo de sus gestos.
Y aunque caigo en la demencia,
por no acabar con su juego
persevero con la angustia
de saber que no hay remedio.
Se convierte en obsesión,
que hasta reflejo en mis versos,
esperando ansiosamente
por saciarme de deseo.
Son tan solo fuegos fatuos,
que me llevan al infierno,
a la perpetua locura
que es delirar con sus besos.
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Muy bonito, sobre todo me gusta
“tan solo fuegos fatuos,
que me llevan al infierno”, muy bueno.
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Muchas gracias alialquimia!!
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